No es posible hacer un diagnóstico antes de los primeros síntomas psicóticos agudos según las directrices actualizadas. Sin embargo, la detección de signos prodrómicos puede ser vital para evitar que la enfermedad se siga desarrollando o para instaurar una intervención precoz.

Si alguien detecta los signos prodrómicos, puede intentar reducir al mínimo los factores de riesgo conocidos que afectan al desarrollo de la esquizofrenia: estrés, entorno urbano, emigración, cannabis, etc.

La esquizofrenia se diagnostica en función de sus síntomas. Aunque se pueden analizar algunos rasgos biológicos o físicos, normalmente no se utilizan para hacer el diagnóstico¹. Cuando un profesional médico esté hablando con usted o con un ser querido sobre un posible diagnóstico de esquizofrenia, seguirá los mismos pasos de siempre. Las pruebas diagnósticas para la esquizofrenia tratarán de evaluar las consecuencias que tienen las tres formas de síntomas en una persona con esquizofrenia². Las pruebas para determinar un diagnóstico y descartar otros trastornos son³:

Un manual de trastornos mentales de prestigio internacional (llamado DSM-5)⁴ incluye los criterios más actualizados para identificar la esquizofrenia, y el médico lo utilizará para facilitar el diagnóstico. Este manual ilustra un gran número de síntomas y rasgos que son frecuentes en la esquizofrenia. Sin embargo, una persona con esquizofrenia no mostrará todos y cada uno de los síntomas que se describen en el DSM-5. Cada paciente presentará una combinación singular de síntomas y experiencias⁵.

Los posibles diagnósticos diferenciales son el trastorno afectivo bipolar, los tumores cerebrales, la enfermedad de Wilson, el hipertiroidismo y enfermedades infecciosas como la gripe, la enfermedad de Lyme y el VIH, que pueden provocar cambios en el estado mental de una persona⁶.

También es importante señalar que la esquizofrenia no sigue una evolución lineal. Dado que el trastorno puede ser muy heterogéneo, en función de cada paciente, la mejor manera de describirlo suele ser analizando las tres fases de la esquizofrenia que se sucederán a lo largo de la vida: prodrómica, aguda y estable^7,8.

Para hacer un diagnóstico oficial de esquizofrenia, las directrices del DSM-5 recomiendan la presencia de dos o más síntomas durante al menos un mes⁴. Los síntomas más frecuentes, denominados síntomas positivos, son delirios, alucinaciones, trastornos del movimiento y habla o comportamiento desorganizado⁴. Otra categoría importante de síntomas son los síntomas negativos, que pueden ser, por ejemplo, falta de emociones o disminución de la conversación⁴. También puede haber síntomas cognitivos, que pueden ser problemas para tomar decisiones y elecciones fundamentadas y para pensar de forma organizada⁹.

Tanto los síntomas positivos como los negativos pueden aparecer durante cualquier fase del trastorno: antes, durante y después de un episodio psicótico.