Cuida de ti mismo también
En esta sección
Imagina que estás en un avión. De repente, el avión comienza a temblar y el capitán anuncia que tienen que hacer un aterrizaje de emergencia. Las máscaras de oxígeno caen. ¿Qué haces? Sigue leyendo para encontrar la respuesta y cómo esto se relaciona con ser un cuidador.
ESTE CAPÍTULO ESTÁ DEDICADO A TI, la persona más importante en la vida de tu ser querido con esquizofrenia. Eres quien TRABAJA INCANSABLEMENTE para sus necesidades diarias y evita que empeoren los síntomas, el desempleo e incluso la falta de hogar. Debes SENTIRTE ORGULLOSO del trabajo que haces y reconocer la magnitud de su importancia. Nunca subestimes el cambio que haces para esa persona y el alcance de tu ayuda en su vida. Sin embargo, ser el cuidador de una persona con esquizofrenia puede imponer un CONJUNTO ÚNICO DE DESAFÍOS que pueden apoderarse de toda tu mente y de todo tu día, transformando tu vida durante años o décadas. Los cuidadores dedican entre 22 y 37 HORAS POR SEMANA proporcionando cuidado directo a sus seres queridos con esquizofrenia. A menudo están «de guardia» para emergencias, muchos de ellos estando de guardia constantemente. En estas circunstancias, puede ser muy difícil pensar en algo más.
La única manera de que puedas enfrentar estos desafíos es asegurándote de cuidarte a ti mismo. ¿Recuerdas la pregunta sobre las máscaras de oxígeno? Pues, la respuesta es que necesitas ponerte tu propia máscara primero antes de poder ayudar a los demás. Y la verdad es que tienes que hacer lo mismo cuando eres un cuidador: NECESITAS CUIDARTE A TI MISMO PRIMERO PARA ASEGURARTE DE PROPORCIONAR A TU SER QUERIDO LO QUE NECESITA Y EXPERIMENTAR LOS BENEFICIOS GRATIFICANTES DE SER UN CUIDADOR.
Al estar atento a tu propia salud física y emocional, encontrarás más fácil enfrentar los desafíos de cuidar mejor a tu ser querido. Te ayudará a adaptarte a los cambios, formar conexiones duraderas y recuperarte de complicaciones. También te evitará volverte cada vez más impaciente e irritable, enojado o injusto con la persona a la que cuidas. Los desafíos de cuidar a una persona con esquizofrenia, especialmente si esa persona es un miembro de la familia, pueden tener un impacto enorme en ti. Cuidarte a ti mismo te hará más resiliente,
AYUDÁNDOTE A SUPERAR LOS MOMENTOS DIFÍCILES Y DISFRUTAR LOS BUENOS.
Dieta, sueño y ejercicio
Una de las formas más extensas de apoyar tu salud mental es TRABAJAR EN
MEJORAR TU BIENESTAR FÍSICO. Puede resultarte menos desafiante mantener buenos hábitos mentales cuando tienes un cuerpo fuerte y resistente como base. Para lograrlo, es esencial que cuides las prácticas de salud fundamentales.
COME BIEN. Comer una dieta saludable y equilibrada, que incluya frutas y verduras frescas, granos enteros, una variedad de proteínas magras y una gama de grasas saludables, es necesario para mantener un cuerpo sano. Adoptar una dieta nutritiva reduce la posibilidad de contraer enfermedades crónicas, AYUDA A ESTABILIZAR LOS NIVELES DE ENERGÍA y mejora el estado de ánimo. Evita el azúcar y la cafeína, ya que solo proporcionan un impulso rápido y una caída aún más rápida. También se deben evitar el alcohol y las drogas, ya que en realidad no son capaces de reducir el estrés. De hecho, podrían empeorarlo.
DORMIR SUFICIENTE. Un buen sueño es crucial para tu salud mental y física. Los adultos generalmente necesitan alrededor de 7 a 9 HORAS de sueño. Una siesta corta (de hasta media hora) puede hacerte sentir más despierto durante el día. Incluso un cuarto de hora de sueño durante el día puede ser beneficioso. Al practicar una buena «higiene del sueño» puedes aumentar la calidad de tu sueño nocturno. Esto implica mantener un HORARIO DE SUEÑO CONSISTENTE (acostarse y levantarse a horas relativamente similares cada día), abstenerse de usar computadoras, televisión y teléfonos inteligentes antes de acostarse, limitar la ingesta de cafeína y hacer ejercicio regularmente. También puedes crear una rutina relajante para la hora de acostarte que comiences 30–60 MINUTOS antes de irte a la cama. Esto puede incluir cualquier cosa que te ayude a relajarte, desde escuchar música suave o leer un libro, hasta tomar un baño caliente o meditar durante unos minutos. Reducir el sueño puede impedirte lograr más, disminuyendo tu estado de ánimo, niveles de energía y la capacidad para lidiar con el estrés.
EJERCÍTATE DIARIAMENTE. Cuando experimentas estrés y cansancio, el ejercicio podría ser
lo último en lo que pienses, sin embargo, en realidad te hará sentir mejor después. El ejercicio es una actividad que alivia el estrés y mejora el estado de ánimo. Intenta hacer al menos 30 minutos diarios, que puedes dividir en bloques de 10 minutos a lo largo del día para hacerlo más manejable. Pequeños cambios como elegir tomar las escaleras, caminar en las escaleras mecánicas, correr y andar en bicicleta pueden ser buenos puntos de partida. Si te cuesta mantener un horario, podrías intentar unirte a una clase. Hacer ejercicio todos los días es una forma natural de liberar hormonas que reducen el estrés, aumentar tus niveles de energía y mejorar tu salud en general.
PRACTICA UNA TÉCNICA DE RELAJACIÓN. Practicar ejercicios de respiración, relajación progresiva de los músculos y meditación son métodos simples y rápidos para reducir el estrés. Cuando tienes una discusión con tu ser querido, estos métodos pueden ayudar a mitigar el impacto que las emociones intensas tienen en ti y proporcionarte un espacio donde puedas contemplar pacíficamente tus próximas acciones. Otras formas de reducir el estrés y aumentar los sentimientos positivos pueden ser practicar yoga o meditación mindfulness. Con tan solo unos minutos durante un día intenso, podrías beneficiarte sintiéndote MÁS EQUILIBRADO.
Cuidar estas necesidades básicas te ayudará en gran medida a SUPERAR EL ESTRÉS de situaciones inesperadas que pueden durar mucho tiempo. La pandemia de COVID-19 agregó otra capa a la carga de los cuidadores en todo el mundo, haciendo que sea aún más importante cuidar de ti mismo para poder cuidar de tu ser querido.
Reducir el estrés y evitar el agotamiento
Cuidar a una persona con esquizofrenia PUEDE SER UNA EXPERIENCIA ESTRESANTE.
Debido a que el cuidado suele ser un desafío de larga duración, el impacto emocional puede acumularse y formarse gradualmente. Puede ser especialmente decepcionante cuando todo parece incomprensible y sin esperanza, y, incluso después de poner el mejor esfuerzo, la condición de tu ser querido empeora lentamente. Además, creer que eres el único responsable de hacer todo hará que tus niveles de estrés aumenten.
Como resultado, EL ESTRÉS PUEDE AFECTARTE TANTO FÍSICA COMO MENTALMENTE. Algunos de los signos y síntomas más frecuentes del estrés del cuidador incluyen:
· sentir ansiedad, depresión e irritabilidad;
· sentirse fatigado y agotado;
· encontrar difícil conciliar el sueño;
· tener reacciones exageradas a molestias insignificantes;
· tener nuevos problemas de salud o empeorar los existentes;
· encontrar difícil concentrarse;
· experimentar más indignación;
· consumir mucho alcohol, cigarrillos o comer en exceso;
· evitar responsabilidades;
· reducir el tiempo dedicado a actividades recreativas.
Cuando el estrés del cuidador no se detecta, puede impactar negativamente en tu estado de salud mental y en tus relaciones. Con el tiempo, puede llevar al AGOTAMIENTO DEL CUIDADOR, un estado de agotamiento emocional, mental y físico que es perjudicial tanto para ti como para tu ser querido.
¿Cómo reconocer el agotamiento del cuidador?
Es esencial poder reconocer los signos del AGOTAMIENTO DEL CUIDADOR para actuar de inmediato y evitar su agravación. Esto MEJORARÁ LAS CIRCUNSTANCIAS tanto para ti como para la persona a la que cuidas. Los siguientes son indicios de que estás experimentando agotamiento del cuidador:
· observas una disminución de energía en comparación con antes;
· experimentas agotamiento constantemente, incluso si descansas, duermes y tomas suficientes pausas;
· no te cuidas a ti mismo, ya sea por estar demasiado ocupado o simplemente porque ya no te importa;
· tu vida está sobresaturada con tus responsabilidades de cuidador; sin embargo, apenas obtienes satisfacción de ellas;
· te sorprendes reconceptualizando tus valores;
· encuentras difícil relajarte, incluso con ayuda disponible;
· te vuelves progresivamente más impaciente e irritado con la persona a la que cuidas;
· sientes un vacío interior;
· te sientes impotente y desesperanzado.
Los signos y síntomas del agotamiento son muy SIMILARES A LOS DE LA DEPRESIÓN. El agotamiento se considera una forma de depresión y debe tomarse EN SERIO. Informa a tu médico o a un profesional de la salud mental una vez que observes los signos de agotamiento o pienses que podrías estar deprimido.
Cómo evitar el agotamiento del cuidador
Hay muchas cosas que puedes hacer para reducir el estrés y evitar el agotamiento del cuidador. Los siguientes pasos pueden ayudarte a recuperar el sentido de equilibrio, alegría y esperanza en tu vida.
PRACTICA LA ACEPTACIÓN.
Puede sentirse muy natural tener la necesidad de cuestionar y tratar de entender una situación, especialmente al encontrarse con la carga injusta de cuidar a un ser querido con una enfermedad mental. De esta manera, es probable que gastes una enorme cantidad de energía en pensar demasiado en cosas que no están bajo tu control y que no tienen respuestas definitivas. Al final, no te hará sentir mucho mejor. Intenta evitar esta trampa emocional de autocompasión o de buscar culpar a alguien más.
ABRAZA TU ELECCIÓN DE CUIDAR.
Admite que, aunque puedas experimentar resentimiento y mucha presión, proporcionar cuidado fue una decisión consciente que tú mismo tomaste. Concéntrate más en las intenciones positivas que llevaron a esta elección. Las motivaciones profundas y significativas que te mantienen en marcha todos los días podrían ayudarte a superar tiempos difíciles.
BUSCA EL LADO POSITIVO.
Recuérdate a ti mismo cómo ser cuidador te ha hecho más fuerte y cómo te ha ayudado a conectarte más con tu ser querido o el resto de tu familia.
NO DEJES QUE EL CUIDADO TE DOMINE.
Porque es relativamente fácil aceptar una situación difícil cuando otras áreas de tu vida son gratificantes, es muy importante no saturar toda tu vida. Invierte en las cosas que te brindan significado y propósito, ya sea tu familia, la iglesia, un pasatiempo favorito o tu carrera.
CÉNTRATE EN LAS COSAS QUE PUEDES CONTROLAR.
No es posible hacer los días más largos ni insistir en que tu hermano te ayude más a menudo. En lugar de estresarte por problemas que no están bajo tu control, intenta dirigir tu enfoque a la forma en que eliges reaccionar ante ellos.
CELEBRA LAS PEQUEÑAS VICTORIAS.
Cuando comiences a sentirte desanimado, piensa en todos los grandes esfuerzos que has hecho y cuánto significan. No estás obligado a tratar la enfermedad de tu ser querido para tener un impacto. ¡Date crédito por lo importante que es que ofrezcas a tu ser querido seguridad, consuelo y amor!
IMAGINA CÓMO RESPONDERÍA TU SER QUERIDO SI ESTUVIERA SANO.
Si tu ser querido no sufriera de esquizofrenia, ¿cómo entendería el amor
y el cuidado que le brindas? Ten en cuenta que probablemente expresarían su agradecimiento más de lo que actualmente pueden.
APLAUDE TUS PROPIOS ESFUERZOS.
Busca formas de darte reconocimiento y recompensas. Ten en cuenta hasta qué punto estás ayudando. Si necesitas algo tangible, intenta compilar una lista de todas las formas en que como cuidador estás teniendo un impacto, y consúltala cuando te sientas desanimado.
NOTA LO POSITIVO.
Cuando dedicas tiempo a reconocer los momentos positivos en tu vida, la forma en que experimentas ese día puede mejorar. Intenta anotar al menos una cosa, objeto o evento por día o semana que consideres bueno. No importa cuán grande o pequeño sea («Hoy hizo sol»), es real y tiene importancia, y puede marcar una diferencia en la forma en que percibes la vida.
MANTÉN TU SENTIDO DEL HUMOR.
La risa es un gran remedio para el estrés. Comienza leyendo un libro humorístico, mira comedias o reúne amigos que te hagan reír. Si es posible, intenta encontrar humor en situaciones cotidianas.
PRIORIZA LAS ACTIVIDADES QUE TE BRINDAN DISFRUTE.
Asegúrate de dedicar consistentemente tiempo a los pasatiempos que te brindan alegría, ya sea leer un libro, hacer jardinería, trabajar en manualidades en tu garaje, tejer o sacar a pasear al perro.
ENCUENTRA FORMAS DE CONSENTIRTE.
Pequeñas recompensas pueden aliviar el estrés y elevar tu ánimo. Toma un baño relajante y enciende algunas velas. Obtén un masaje relajante. Decora tu casa con flores frescas. Cualquier cosa que te haga sentir especial.
SAL DE CASA.
Es importante salir de casa por un tiempo. Si la persona a la que cuidas necesita apoyo constante, pide a un amigo o familiar que te reemplace por un par de horas.
COMPARTE TUS SENTIMIENTOS.
Comunicar tus experiencias puede ser muy reconfortante. Comparte cómo te sientes con amigos o familiares. Te hará sentir mejor y fortalecerá tus vínculos. También, habla con el médico que trata a tu ser querido sobre lo que estás pasando. Cuanto mejor entiendan tu carga, mayor impacto podría tener en mejorar los programas de intervención familiar, el progreso de la enfermedad de tu ser querido y tu propio bienestar.
ÚNETE A UN GRUPO DE APOYO.
Averigua si hay grupos de apoyo para cuidadores en tu área. Ser parte de un grupo de apoyo tiene muchos beneficios que pueden mejorar tu calidad de vida: son una gran fuente de información útil, te ayudan a sentirte menos solo y aislado, y te ayudan a recuperar el sentido de control sobre tu situación. Además, te conviertes en parte de una comunidad que siempre está ahí para ti. Si no hay un grupo de apoyo en tu área al que puedas unirte en persona, puedes buscar grupos en línea que brinden muchos de los mismos beneficios.
ESTUDIA INCANSABLEMENTE.
Una de las formas más importantes de evitar el agotamiento es aprender tanto como puedas sobre la enfermedad y cómo debe ser cuidada una persona con esquizofrenia. En este sentido, es esencial leer libros, materiales de autoayuda y otros recursos como esta guía. Te darán la confianza que necesitas para enfrentar situaciones difíciles y te prepararán para ofrecer el mejor cuidado posible a tu ser querido.
Haz tiempo para ti
Ser cuidador de una persona con una enfermedad mental puede hacer que sea extremadamente difícil tener tiempo para uno mismo, ya que puede pasar mucho tiempo contemplando o consumido por pensamientos sobre lo que “deberías” estar haciendo. Sin embargo, es esencial que aprendas a TOMAR TIEMPO PARA TI MISMO y no sentir que estás siendo negligente con los demás (la persona que cuidas y los miembros de tu familia también). Cada espacio de tiempo que te dedicas a ti mismo es significativo. Pasar incluso tan solo 5 minutos al día fuera del “modo cuidador” cuando está sobrecargado de responsabilidades puede actuar como un empujón importante para recordarle quién es usted en el gran esquema de las cosas. Puede evitar que se sienta abrumado por todas las responsabilidades.
COMIENCE PEQUEÑO: recuerda las actividades que te proporcionaban alegría antes de asumir tu rol de cuidador y trata de introducirlas nuevamente en tu agenda. Lo importante no es la frecuencia o lo que haces, sino la acción de tomarte el tiempo para ello en sí. A menos que te cuides bien en primer lugar, no es posible hacerlo por otra persona.
RECUERDE: ser un cuidador es una parte importante de su vida, sin embargo, no debería ser la totalidad de ella. Tomarse un tiempo libre te ayudará a apreciar desde la distancia lo que estás haciendo.
Conozca sus límites y busque ayuda
Asumir todas las responsabilidades del cuidado sin apoyo está destinado a agotarte. NO INTENTES MANEJARLO TODO TÚ SOLO. Compartir las responsabilidades te permitirá encontrar tiempo para recargar energías.
La mayor ayuda que puedes obtener es de las personas que están más cerca de ti. Dile a tu familia que necesitas ayuda e intenta involucrar a tantos miembros de la familia como sea posible desde las primeras etapas. DILES ESPECÍFICAMENTE cómo te sientes y cuáles son tus necesidades. Sé directo sobre cómo tú y la persona a la que cuidas están. Si estás preocupado o estás pensando en formas de mejorar la situación, hazlo saber, incluso si no estás seguro de su posible reacción. Por otro lado, cuando alguien ofrezca asistencia, no dudes en ACEPTARLA. Aceptar la ayuda de tus amigos y familiares también les hará sentir bien por apoyarte. Organiza un equipo, con deberes y responsabilidades bien definidos. Por ejemplo, alguien podría encargarse de las responsabilidades médicas, otro podría ocuparse de las tareas financieras y pagar las facturas, y otro podría hacer las compras y recados.
Esto te proporcionará más tiempo para ti mismo, e involucrar a los miembros de la familia también fortalecerá los lazos familiares. Sin embargo, debes estar preparado para ceder algo de control cuando delegues ciertas tareas. Las personas no estarán tan dispuestas a ayudar si te vuelves autoritario, das órdenes o insistes en que las cosas se hagan de una manera determinada.
Además de amigos y familiares, también puedes buscar ayuda en otros lugares. Unirte a un GRUPO DE APOYO te ayuda a conocer a otras personas que enfrentan desafíos como los tuyos y que se preocupan por asuntos similares. Discutir tus experiencias y escuchar cómo otros cuidadores resuelven sus desafíos puede ser de gran ayuda. Puede que descubras que tienes menos tiempo para mantenerte conectado con tus amigos o hacer nuevas amistades.
Enfócate más en la perspectiva a largo plazo. Si puedes ver a tu amigo una vez al mes o asistir a eventos sociales locales cada par de meses, YA ES UNA FORMA DE MANTENER EL CONTACTO. Esto también te brinda la oportunidad de conectarte con otros en diferentes niveles.
Si bien hemos hablado principalmente sobre la responsabilidad de cuidar a una persona con esquizofrenia, el cuidado también tiene UNA SERIE DE BENEFICIOS que se vuelven aparentes solo después de cierto tiempo. Estos beneficios a menudo son elusivos durante tiempos difíciles, por ejemplo, durante una crisis, al tener dificultades para mantener un trabajo, al estar en una relación tensa con otros miembros de la familia, o cuando la enfermedad afecta la salud, las relaciones, los trabajos y las finanzas. Sin embargo, el cuidado puede brindarte innumerables momentos que generan alegría o gratitud, como la reacción en el rostro de tu hija cuando le das un pedazo de su postre favorito o cuando se ríen juntos mientras ven una película.
También hay pequeños logros, como lograr que tu ser querido tome su medicina, o grandes, como que puedan volver a su trabajo. Estos momentos pueden AYUDARTE A ENFOCARTE EN LO POSITIVO en lugar de lo frustrante y abrumador. También pueden RECARGAR TUS ENERGÍAS y DARTE LA ENERGÍA que necesitas para continuar tu incansable trabajo como cuidador.
Muchos de los beneficios del cuidado están relacionados con el CRECIMIENTO ESPIRITUAL, ya que el tiempo dedicado a cuidar a una persona con esquizofrenia puede cambiar la forma en que ves y aprecias la vida. Puede hacerte más responsable, apreciar las pequeñas cosas o tratar de ser una mejor persona.
Como has visto a lo largo de esta guía, ser cuidador de una persona con esquizofrenia puede ser una de las experiencias más desafiantes que puedas vivir. A veces cometes errores, la mayoría de los días no tienes tiempo para ti mismo, y toda la experiencia puede afectar tu vida privada y tu carrera. Pero PUEDES SENTIRTE ORGULLOSO DE CUIDAR a tu hijo, padre u otro miembro de la familia, orgulloso de cumplir con tu deber familiar y orgulloso de estar haciendo lo correcto. Como dijo Pablo Casals, “la capacidad de cuidar es lo que da a la vida su más profunda significación y sentido”.
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