Lo mejor de 2019: resumen de los artículos de investigación sobre los trastornos del espectro de la esquizofrenia
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EPA 2020 – ¿Qué novedades hay en el conocimiento y el tratamiento de la esquizofrenia? Para responder a esta pregunta, Pierre-Michel Llorca, profesor de psiquiatría de la Universidad Clermont Auvergne (UCA) de Clermont-Ferrand, Francia, eligió algunos de los mejores artículos de investigación publicados el año pasado, en el simposio Best of 2019: Research that Advanced Psychiatry and Changed our Practice, un simposio que tuvo lugar durante el XXVIII Congreso Europeo de Psiquiatría, celebrado de forma virtual. El profesor LLorca señaló que los artículos que había seleccionado representaban un avance significativo en el conocimiento o podían cambiar la práctica clínica.
Durante las sesiones «Lo mejor de», se invita a los ponentes a resumir cinco artículos en tres transparencias para presentar una revisión pragmática y práctica de las últimas investigaciones importantes en un campo determinado.
Identificación de los síntomas que se deben abordar en la psicosis incipiente
La primera publicación elegida por el profesor Llorca fue un artículo de Natalia Jimeno (Universidad de Valladolid, España) y cols. titulado Main Symptomatic Treatment Targets in Suspected and Early Psychosis/New Insights From Network Analysis1. Se trata de un estudio interesante, dijo, porque se basa en la teoría de redes de los trastornos mentales, que propone que los trastornos mentales surgen de interacciones directas entre los síntomas y también están influidos por factores externos. También supone que si existen dos trastornos, hay síntomas puente que los unen2.
Lo que hicieron la Dra. Jimeno y cols. fue utilizar un enfoque de redes para observar las interrelaciones entre los síntomas en 460 pacientes atendidos en un servicio de detección temprana por un primer episodio de psicosis o depresión. Se observó una densa red de síntomas muy interrelacionados y se detectaron varios síntomas puente de importancia diagnóstica, como presión del pensamiento, interferencia del pensamiento, calidad de los estímulos acústicos, delirios no grandiosos, alucinaciones y comunicación desorganizada1. Esto significa que podría ser importante abordarlos específicamente, ya que pueden intervenir en la posible exacerbación del trastorno, explicó el profesor Llorca. Por tanto, se trata de un artículo práctico que podría ayudar a los médicos a saber qué buscar cuando examinan a un paciente, añadió.
Trastornos psicóticos y consumo de cannabis
La siguiente elección del profesor Llorca fue un artículo publicado en The Lancet en el que se analizaba la contribución del consumo de cannabis a la variación de la incidencia de trastornos psicóticos en toda Europa3. Este artículo es interesante porque no solo examina la incidencia de los trastornos psicóticos, sino también la frecuencia y el tipo de cannabis que se consume. El estudio formaba parte de una gran investigación europea en la que participaron 11 centros. Los autores, Marta Di Forti (South London and Maudsley NHS Mental Health Foundation Trust, Londres, Reino Unido) y cols., observaron que el consumo diario de cannabis se asociaba a un riesgo tres veces mayor de sufrir un trastorno psicótico que el observado en quienes no lo consumen. El riesgo era casi cinco veces mayor cuando se utilizaba cannabis de alta potencia, definido como una concentración de tetrahidrocannabinol (THC) del 10 % o superior3.
Los resultados del estudio demostraron que la pauta y el tipo de consumo de cannabis eran factores predictivos independientes muy potentes de la incidencia de trastornos psicóticos, señaló el profesor Llorca. Dada la disponibilidad cada vez mayor de cannabis de alta potencia en algunos países, esto podría tener consecuencias importantes para la salud pública, añadió3.
Politerapia antipsicótica y rehospitalización
El título del siguiente artículo destacado por el profesor Llorca era Association Of Polypharmacy Versus Monotherapy With Psychiatric Rehospitalization Among Adults With Schizophrenia
Publicado en JAMA Psychiatry, este artículo de Jari Tiihonen (Instituto Karolinska, Estocolmo, Suecia) demostraba que podría ser posible una politerapia antipsicótica racional.4
El profesor Llorca observó que las directrices terapéuticas establecen que se debe dar prioridad a la monoterapia antipsicótica y que se debe evitar la politerapia antipsicótica cuando sea posible. Estas recomendaciones se basaron en los resultados de estudios de gran calidad en el tratamiento de fase aguda, pero los resultados del extenso estudio observacional realizado por el profesor Tiihonen y cols. indicaron que determinadas combinaciones de dos antipsicóticos con perfiles de receptores diferentes pueden ser superiores a la monoterapia para prevenir las rehospitalizaciones y como tratamiento de mantenimiento de la esquizofrenia4.
Cuidados terminales en pacientes con esquizofrenia y cáncer
El penúltimo artículo destacado en la presentación del profesor Llorca se centraba en un tema muy pasado por alto, que es el cuidado de los pacientes con esquizofrenia que sufren cáncer. En su artículo, End-Of-Life Care Among Patients With Schizophrenia And Cancer, Guillaume Fond (Universidad de Aix-Marseille, Francia) observó que los conocimientos de los cuidados terminales de los pacientes con esquizofrenia y cáncer son deficientes y que estos pacientes son un grupo vulnerable que reciben una atención y un tratamiento insuficientes5.
Se sabe que la esquizofrenia reduce la esperanza de vida, expuso el profesor Llorca, por diversas razones, una de las cuales es el cáncer. El estudio del Dr. Fond y cols. tenía por objeto determinar si los cuidados terminales prestados a los pacientes con esquizofrenia y cáncer eran diferentes de los prestados a los pacientes con cáncer que no tenían una enfermedad mental diagnosticada5.
Por desgracia, observaron discrepancias en la asistencia entre los pacientes con esquizofrenia y cáncer y los pacientes con cáncer pero sin enfermedad mental. El cáncer se diagnosticaba más tarde en los pacientes con esquizofrenia que en los pacientes sin enfermedad mental y los primeros tenían más probabilidades de recibir cuidados paliativos que cuidados oncológicos de alta intensidad5. Este artículo destaca la disparidad en la asistencia, observó el profesor Llorca. Señaló que el tratamiento de los pacientes con esquizofrenia y cáncer necesitaba conocimientos y experiencia tanto en psiquiatría como en oncología y que era necesaria una mejor integración y formación de los profesionales sanitarios y mejoras en la coordinación de la asistencia.
Conocimiento de la biopatología de los síntomas negativos
La última elección del profesor Llorca de su revisión bibliográfica de lo mejor de 2019 fue el artículo Cerebellar-Prefrontal Network Connectivity And Negative Symptoms In Schizophrenia, publicado en The American Journal of Psychiatry. Dijo que había seleccionado este estudio, realizado por Roscoe Brady (Beth Israel Deaconess Medical Center y Harvard Medical School, Boston, Estados Unidos) y cols. porque había combinado dos tecnologías utilizadas en la investigación neurocientífica, la resonancia magnética funcional (RMf) en estado de reposo y la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMTr), y las había aplicado para intentar conocer mejor los síntomas negativos de la esquizofrenia6.
Los resultados proporcionan apoyo empírico a favor de una relación causal entre la conectividad disfuncional en el cerebro y la psicopatología, observó el profesor Llorca. Concluyó señalando que la conectividad funcional podría ser, por tanto, un marcador útil de la eficacia de las intervenciones terapéuticas en el tratamiento de los síntomas negativos.
Bibliografía
- Jimeno N et al. Schizophr Bull. 2020; 46 (4): 884–895.
- Borsboom D. World Psychiatry 2017; 16: 5-13.
- Di Forti et al. The contribution of cannabis use to variation in the incidence of psychotic disorder across Europe (EU-GEI). Lancet Psychiatry. 2019; 6: 427-436.
- Tiihonen J et al. JAMA Psychiatry. 2019; 76 (5): 499-507.
- Fond G et al. Lancet Public Health. 2019; 4 (11): E583-E591.
- Brady RO et al. Am J Psychiatry. 2019; 176: 512–520.